Decálogo de la empresa innovadora
Empresa innovadora
Hoy más que nunca la empresa innovadora es una fórmula casi infalible para competir en el mercado actual, cada vez más cambiante.
Es necesario sacar el máximo potencial de nuestro equipo humano de cara construir solidas ventajas competitivas. La productividad no puede crecer de forma ilimitada fuera de una empresa innovadora por eso hay que explorar nuevos límites recurriendo al marketing lateral para pasar de una simple mejora sobre lo existente a un cambio radical.
La empresa innovadora sabe crear el clima de trabajo adecuado para aprovechar la inteligencia colectiva como si fuera un panal de abejas y es mucho más que el uso de tecnologías de la información y la comunicación basadas en Internet. Es una nueva organización donde las tareas y las jerarquías no siguen los modelos convencionales donde la innovación se basa en un proceso continuo donde:
- Internet facilita llegar a la información buscada.
- La información se transforma en el conocimiento necesario.
- El conocimiento se transforma en acciones y resultados.
- Que dan lugar a nuevas innovaciones a todos los niveles.
La tecnología por sí misma no es la base de la empresa innovadora, sino el uso que se la da en base al proceso anterior. Porque cuando se incorporan los avances tecnológicos de su época, renueva su funcionamiento y mejora su posicionamiento en el mercado, por eso la empresa innovadora crea una nueva forma de trabajar.
Decálogo de la empresa innovadora
- Involucración y compromiso de las personas que integran la organización, porque sin eso no se podrá realizar el proceso continuo de innovación.
- Autonomía en el desempeño profesional de cada uno de los trabajadores, para que puedan innovar en vez de seguir rígidos manuales de procedimiento.
- Ofrecer tiempo para pensar en nuevas ideas, lo que a veces puede obligar a establecer parones programados en la actividad. Para evitar que el día a día nos impida dedicar tiempo a pensar.
- La receptividad corporativa a las nuevas ideas e iniciativas, con un entorno de no miedo.
- La ausencia de conflictos interpersonales arraigados, que al final van sedimentando y robando la capacidad de crear y de colaborar con otros.
- Una comunicación abierta y fluida, como pilar fundamental para la creación de una inteligencia colaborativa de la empresa innovadora.
- Generación de emociones positivas en el trabajo y tareas que realizan los empleados.
- Facilidad para poder asumir riesgos, creando un entorno ausente de miedo al error o a la equivocación.
- Dinamismo funcional para evitar caer en la rutina y en una zona de confort que aleje el pensamiento creativo.
- La confianza y franqueza entre todas las personas, porque el proceso creativo parte de la puesta en común de ideas.
Fuente: Cepymenews