Las empresas españolas exportan ya un 73% más que al inicio de la crisis
La exportación va camino de convertirse en España en algo más que una herramienta puntual para paliar los desastrosos efectos de una crisis doméstica. Con un repunte de las ventas exteriores del 8,9% en 2017, el fenómeno va mucho más allá. El incremento, si miramos a los inicios de la crisis, es ya del 73% tras sumar ocho ejercicios de considerables subidas, siempre al margen de que el país estuviera en recesión (como sucedió entre 2011 y 2013) o volviera a tasas positivas (desde el año 2014).
En un 2017 marcado por el renovado encarecimiento del petróleo y por una revalorización del 15% del euro frente al dólar, los registros de nuestras ventas cobran especial relevancia. El aumento del 8,9% es el mayor de los últimos seis años, por lo que las ventas al exterior valen ya más de 277.000 millones. Los 300.000 millones, cifra solo al alcance de seis países en Europa (la todopoderosa Alemania, que supera los 1,2 billones; Holanda, Italia, Francia y Bélgica) parecen ya posibles durante 2018 o, en el peor de los casos, en los primeros meses de 2019.
El dato global del año pasado se logró tras un buen diciembre, en el que las ventas se auparon hasta rozar los 22.000 millones, un 6% más que un año antes. De esa forma, 2017 cerró con un incremento de las exportaciones de casi 21.000 millones de euros, la subida más intensa de los últimos tiempos. Los principales sectores en términos de peso sobre las ventas fueron, de nuevo, los bienes de equipo, que representan algo más del 20% del total y subieron más del 8% durante el año; alimentación, bebidas y tabaco (16,5% del total e incremento del 6,3% interanual); y el automóvil (16,3% del total y tibio avance del 0,1% respecto a 2016).
Pero es quizá en la estadística de destinos en la que mejor se aprecia el tono positivo del 2017. Es cierto que aún más de la mitad de las ventas van a parar a la eurozona y que el 65% llega a la Unión Europea, pero cabe destacar el incremento exportador a América (un 11,9%), a Asia (7,8%) e incluso a Oceanía (más del 23% pese a que en esta región nuestros resultados son discretos).
Por comunidades autónomas, poca novedad. Cataluña mantuvo el tipo pese a que su subida, del 8,7%, fue levemente menor a la del conjunto del país. Llamativo resultó el espectacular registro de Islas Baleares, cuyas empresas vendieron un 59% más al exterior que un año antes.
Cuestiones a solventar
La estadística difundida este martes por el Ministerio de Economía es globalmente buena. Es cierto que las importaciones crecen aún más y superan por primera vez los 300.000 millones, pero resulta relevante que el déficit comercial se mantenga en los mismos parámetros desde que el PIB retomó el signo positivo en 2014. Los 24.744 millones de 2017 son más abultados que los 17.300 del ejercicio anterior (el incremento es del 31%), pero los registros son calcados a los de 2014.
El cambio se aprecia más echando la vista a los inicios de la crisis. Entonces, y con unas importaciones parecidas a las de ahora, las ventas ni siquiera llegaban a los 190.000 millones y el déficit era de 94.000 millones. En cualquier caso, España es un país energéticamente dependiente y ello lastra nuestra balanza. Tanto es así que, de todo el déficit comercial, más de 20.000 millones se deben a esta cuestión.
Conviene no perder de vista tampoco que el número de empresas que exporta regularmente crece mucho más despacio, el 1,5% el pasado año. Son poco más de 50.000, hecho en el que influyen tanto el corto bagaje internacionalizador del país como el reducido tamaño de las empresas. Por ello, y pese al “extraordinario” 2017, el Club de Exportadores e Inversores se apresuró a pedir el diseño y puesta en marcha de políticas que estimulen la actividad y aumenten más rápido la base exportadora.
Fuente: www.eleconomista.es
Fuente: Club de Emprendedores